Expertos en prevención de riesgos laborales reunidos en Granada propugnan prestar más atención a la salud mental en los entornos de trabajo
El delegado de Empleo, Javier Martín, estima que en el marco de Plan de Choque contra la Siniestralidad se pueden aplicar medidas de sensibilización para evitar riesgos psicosociales

El delegado territorial de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, Javier Martín, ha dicho que “el derecho a la salud laboral también incluye la salud mental”, durante su intervención en el acto de apertura de la jornada ‘La promoción de la salud mental en los entornos de trabajo: de su invisibilidad a las buenas prácticas’, que de manera presencial y online se ha celebrado hoy en el Parque de las Ciencias. En esta sesión, también han intervenido Cristóbal Molina, director de LARSPSICO (Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales), dependiente del Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales; técnicos de los centros de Prevención de Riesgos Laborales de Granada y Jaén, y representantes de entidades mutualistas.

Los expertos participantes en la sesión han propugnado que se preste una mayor atención al estado actual de la prevención y promoción de la salud mental en los entornos de trabajo, y han expuesto algunas novedades y desafíos en este campo y con experiencias empresariales sobre promoción de la salud mental en el trabajo.

Javier Martín ha señalado que el entorno laboral puede ser considerado uno de los principales factores que “afectan a la salud mental de los trabajadores, especialmente de aquellos que se desenvuelven en una estructura organizacional o estructural deficiente”, que puede generar situaciones de estrés con horarios inadecuados, sobrecarga laboral, discriminación o acoso, salarios bajos y condiciones inseguras, entre otras causas.

Martín estima que la relación entre trabajo y salud mental “es un asunto que en muchas ocasiones suele pasar desapercibido y al que no se suele prestar demasiada atención. La prevención de riesgos laborales y la salud en el trabajo también tiene que ver con la salud mental. Para paliar esa invisibilidad, tenemos previsto en el futuro algunas medidas de sensibilización en cultura preventiva aplicadas a la salud mental, en el marco del Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral”.

Para prevenir los riesgos psicosociales de origen laboral, según los expertos, es indispensable que las empresas cumplan con la normativa en materia de prevención de riesgos laborales y, a su vez, es importante formar al trabajador para que sea consciente de los factores individuales, socioculturales, organizativos, biológicos y ambientales que influyen en mayor o menor medida en su salud mental.

También han apuntado a la sobrecarga laboral, el estrés y los riesgos psicosociales como los principales síntomas que están detrás de muchos accidentes laborales, lo que requeriría una acción conjunta de las administraciones nacional y autonómica enfocada a la prevención, la detección temprana de enfermedades profesionales y la gestión de la carga laboral para preservar la salud mental de los trabajadores. “Un entorno laboral libre de riesgos psicosociales contribuye al progreso empresarial y al equilibrio económico y social del país”, recalcaron.

Sobrecarga de trabajo

El estudio ‘Salud mental y trabajo’, dado a conocer el pasado mes de junio por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, recoge que la sobrecarga de trabajo es el primero de los, factores que se identifica como más perjudicial para la salud mental, un 32%. El siguiente factor es el trato difícil con clientes, pacientes y alumnos, al que está expuesta el 16% de la población ocupada que fue encuestada.

Sobre los principales factores que inciden en un trabajador en su puesto laboral y que tiene mayores efectos negativos sobre la salud mental, destaca la presión de tiempo o sobrecarga de trabajo (31,9%); el trato difícil con clientes, pacientes y alumnos (16,2%); la inseguridad laboral (11,3%); la mala comunicación o cooperación dentro de la organización (7,7%); la falta de autonomía o de influencia sobre el ritmo o procedimientos de trabajo (5,3%); la violencia o amenaza de violencia (3,8%) y el acoso o intimidación (3,0%).

Las actividades más expuestas a factores laborales que pueden afectar a la salud mental son: transporte y almacenamiento, actividades financieras y de seguros, administración pública, y actividades sanitarias y de servicios sociales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”, lo que los expertos consideran que está relacionado con la promoción del bienestar físico y psíquico, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y recuperación de las personas con estos problemas.

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