Autónoman
Domingo Funes Arjona

Los autónomos individuales son de este mundo. Si le preguntas a uno de ellos, a cualquiera, te dirá que no es un superhéroe, que lo único que hace es trabajar y –la inmensa mayoría– mucho. Tanto que a veces son algo así como esclavos de sí mismos. Muchos te dirán, si les aprietas, que son autónomos por imperiosa necesidad, que era eso o nada. Sin embargo, los números nos dicen que, si no son una suerte de superhéroes mundanos, poco les falta. Por ejemplo: un autónomo se pone malo la mitad de veces que un asalariado, lo que ya nos dice que su salud no es de este mundo. Ponerse malo, ya saben, es darse de baja. Para un autónomo, solo se deja de ir al tajo cuando algo te impide en términos absolutos trabajar. Si pillas un gripazo colosal, si tienes un esguince que te ha dejado el tobillo como una bota o si te has contusionado un dedo al pillártelo con la puerta, vas al curro sí o sí. Luego, el autónomo, o autónoma, como está hecho de otra pasta para la administración, cuando se da de baja por enfermedad se autofinancia los 3 primeros días y además, si la baja es más larga porque se ha hecho daño muy seriamente, entonces, además de la “mordida” en la base de cotización, tiene que seguir pagando la cuota, aunque no ingrese ni un duro. Sí, su reino es de este mundo, pero las condiciones que tienen que soportar son realmente propias de superhéroes, son de “autonoman”. Algo habría que ir haciendo ¿no creen?

Compartir es demostrar interés!