Loalba Joyeros con más de 65 años de historia mejora la competitividad del negocio
La segunda generación emplea varias ayudas de la Junta en la modernización del negocio y en la reforma de sus instalaciones dejando el taller a la vista de los clientes

Los hijos de un nonagenario joyero granadino han logrado convertir el taller artesanal de su padre en un competitivo comercio del siglo XXI empleando varias ayudas de la Junta de Andalucía en la modernización y en la mejora de la competitividad del negocio. Así lo ha comprobado  el delegado territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, José Javier Martín Cañizares, durante la visita que ha realizado a Loalba Joyeros, una empresa familiar granadina con más de 65 años de historia que ha hecho del respeto al oficio su principal seña de identidad. José López, su fundador, puso la primera semilla allá por los años 50 cuando comenzó a trabajar en pequeños talleres de la capital granadina para continuar aprendiendo el oficio en Madrid y, posteriormente, en París.

En 1958 José López volvió a Granada para montar su propio negocio, un pequeño taller en la calle Príncipe desde donde comenzó a crear joyas por encargo y a hacerse un nombre dentro del gremio. Años después, se trasladó a Enriqueta Lozano donde aplicó la estrategia comercial de los artesanos de la Edad Media. Se instaló con su familia en un edificio y en los bajos abrió su estudio donde diseñaba, confeccionaba, creaba y vendía las piezas a mayoristas sin perder un ápice su esencia.

Según han relatado los hijos del fundador y el propio José López al delegado, el “boca a boca” hizo que los encargos de particulares se multiplicasen pues cada vez había más clientes que demandaban joyas personalizadas, una línea de negocio que el nonagenario granadino mantuvo hasta la década de los 90, cuando sus cinco hijos entraron profesionalmente en la empresa. Ahora son ellos los que moldean el presente y el futuro del próspero negocio familiar.

En opinión del delegado territorial, esta empresa “es un claro ejemplo de que el relevo generacional es posible cuando se le da valor a la actividad económica heredada, a la formación de las generaciones posteriores y a una buena gestión”. Además, José Javier Martín Cañizares ha incidido en el “buen hacer de esta pyme, un modelo a seguir de cómo invertir una ayuda pública con visión empresarial”, al destinar los 18.690 euros recibidos en concepto de ayudas en la mejora del posicionamiento SEO de la página web de la firma, con objeto de atraer nueva clientela; así como en la modernización y reforma del local comercial, dejando a la vista del público el taller donde se crean las joyas y mejorando el espacio de la zona de ventas.

Loalba Joyeros es una de las 60 pymes comerciales y artesanas de la provincia que se han beneficiado de las subvenciones de la Consejería de Empleo dirigidas a la financiar proyectos de transformación digital y modernización y reforma de las instalaciones. Empleo ha destinado para ello un total de 430.521 euros a la provincia de Granada, de los que más de 96.000 euros se han inyectado en comercios y talleres artesanos de la capital.

Entre piedras preciosas

Los cinco hijos de José López se criaron entre gemas, piedras preciosas y metales mientras sus padres apostaban “el todo o nada” por el taller. Amparo, que ejercía de profesora, se sumó al reputado negocio de su marido cuando éste requirió ayuda tomando las riendas de la gestión mientras cuatro de los cinco hijos seguían la vocación joyera y comenzaban a formarse en diferentes especialidades del oficio. Finalmente, a finales de los 90 la familia decide reinventarse transformando el negocio en taller-tienda y los cinco hijos entran oficialmente en la empresa familiar, dando lugar a lo que hoy es Loalba Joyeros con una nueva ubicación en el centro histórico de Granada.

Las modernas instalaciones donde hoy se encuentran recibieron la ‘Mención Honorífica’ en las nominaciones del Colegio de Arquitectos de Granada en el año 2002 permitiendo a la empresa diversificar su actividad y consolidar el esfuerzo de tantos años. Lejos de conformarse, la segunda generación continuó con su estrategia empresarial hasta que en 2021 decidió embarcarse en una nueva etapa para poner en valor el mayor activo de la compañía, el taller donde se fabrican sus joyas, dando origen al proyecto que ahora han ejecutado con la ayuda de la Junta.

Lo que queríamos era contar con un taller abierto al público, más transparente y dinámico con el objetivo de enriquecer la experiencia de nuestros clientes y de atraer a público nuevo. Todo ello, en la misma línea de las tendencias seguidas por las firmas de joyas más prestigiosas y vanguardistas de las capitales europeas, donde predominan los valores de sostenibilidad, transparencia y producción de kilómetro cero”, explican los hijos. La familia López Siles también ha sabido detectar las nuevas necesidades de los consumidores y darles respuesta, ofreciendo un servicio de Atelier y talleres para novios en los que los futuros contrayentes forman parte activa en el proceso de creación de sus propias alianzas.

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