“En la actualidad el sector sí está preparado para la incertidumbre”
A pesar de la situación, el presidente de los constructores de Granada asegura que el sector está muy consolidado con respecto a lo que hubo en 2008. “Se afrontan los problemas con más solvencia”

Tras dos años desde que concediera la primera entrevista a Granada Económica y casi siete después de asumir el cargo por primera vez allá por el año 2016 –fue reelegido para un segundo mandato en noviembre de 2020–, Juan de Dios Molinero Moreno, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada, nos atiende para hablar de la actualidad del sector del que es además buen conocedor por formar parte del mismo como empresario. Molinero es de formación ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba y MBA por el Instituto Internacional San Telmo. Inició su carrera trabajando en consultorías empresariales. Tras ello, realizó un máster en economía y dirección de empresas, para después entrar en la empresa familiar, además de fundar la promotora Aldaba Homes. En la actualidad, y afrontando su segundo mandato, lucha por los derechos y beneficios de las empresas del sector en ACP.

A poco más de un año de finalizar el segundo mandato como presidente de ACP Granada y habiendo transcurrido ya casi siete años en su cargo, ¿cómo valoraría este tiempo al frente de la asociación?

En primer lugar, dar las gracias por esta entrevista en la que nos dais la oportunidad de contar nuestro parecer e inquietudes. Nuestra línea siempre ha sido la defensa del sector en todos sus ámbitos y sus aspectos, que son muchos. Hemos conseguido una consolidación de los asociados y las empresas del sector ampliando la base de asociados, lo cual es un logro importante. Es una organización sin ánimo de lucro y se sostiene de las cuotas de los asociados. Vivimos momentos complicados desde hace tiempo, con incertidumbre a nivel sectorial y empresarial, lo que provoca que la acción frente a la Administración sea más importante que en otras ocasiones, cuando la cosa estaba más estable.

¿De qué manera ha repercutido el hecho de extenderse a otros subsectores en cuanto a conseguir mayor número de empresas asociadas?.  Háblenos de los diferentes subsectores que aglutina actualmente ACP.

La base de la asociación son los asociados y sus cuotas. No podemos ponerlas elevadas porque muchos se caerían, hay que mantener un equilibrio. Ha habido un aumento de asociados de un 20%, aproximadamente. En la etapa de nuestro anterior presidente se impulsó una idea muy buena. Anteriormente, la asociación la componían constructores y promotores. Él introdujo aparcamientos y arrendamientos, ya que muchos de los socios tienen esas actividades. Se introdujeron en el 2015-2016 y tuvo un buen resultado. Los tiempos cambian y en la última Asamblea General se acordó modificar estos dos subsectores. Los aparcamientos han pasado a ser movilidad que ahora engloba otras más y se ha añadido otro subsector que es el de ingeniería, energía y medio ambiente, donde muchas empresas, aunque pertenecen a otros subsectores, trabajan con el nuestro. Hay empresas que no se han separado de la construcción, pero que se han convertido en constructores de plantas fotovoltaicas, por ejemplo. Muchas ingenierías se dedican a ello y demandan este servicio, debido a que las competencias son las mismas. Antes estábamos más herméticos y ahora nos vamos abriendo cada vez más.

Una de sus apuestas principales ha sido el llamamiento a la unión del empresariado y reclamar a las distintas administraciones un mayor compromiso por incrementar las inversiones en nuestra provincia. ¿Nos podría decir cómo es la situación actual?

Es el pilar más importante de cualquier sector, asociación o grupo empresarial. Propiciamos que haya esa unión. La unión hace la fuerza. No es lo mismo estar respaldados por un porcentaje elevado, que no estarlo. Y gracias a la función de nuestro gerente y secretario general, Francisco Martínez-Cañavate, que es quien lidia con la gestión del día a día, conseguimos llevar esa unión a buen término. También es cierto que esa unión se ha conseguido en el mundo empresarial en general, no solo en nuestro sector. Gracias a esa unidad se puede reclamar a las administraciones, podemos luchar por más asuntos que no son solo enteramente de nuestro sector, pero nos unimos a los demás, ya que la unión empresarial es básica para poder reclamar y luchar por cuestiones fundamentales.

Nos consta la problemática que sufre el sector de la construcción en cuanto a la dificultad para encontrar algunos especialistas y personal cualificado. ¿Qué iniciativas están llevando a cabo desde ACP y distintos centros de formación para solucionar este déficit de profesionales?

Efectivamente, es un problema que tenemos muy grave. No hay mano de obra que quiera introducirse en el sector constructor-promotor. Creemos que esa gravedad viene de la crisis anterior, que eliminó muchos de los empleos que había. Gran parte de los empleados se jubilaron, otros se fueron a distintos sectores y no hay una reposición de ellos. La media de edad de la mayoría de las empresas constructoras puede ser de más de 50 años. En personal técnico se nota menos, pero en albañiles, encofradores, fontaneros, electricistas, especialistas del pladur y el yeso, los profesionales disponibles son muy escasos. La Fundación Laboral de la Construcción (FLC) creo que, a pesar de hacer cursos y demás, realmente no llega a comunicar que existen. No alcanza a los potenciales alumnos. El sector ha dejado de ser atractivo para la gente joven. Algo que creo que es un error, porque el convenio actual es magnífico, las condiciones laborales son muy buenas y tiene futuro, ya que la actividad en el sector se ve a largo plazo consolidada.

La FLC debe ser algo complementario a otra cosa. Las políticas de formación profesional en España no han funcionado y nosotros somos un sector que bebe de ello. Ahora parece que se busca una nueva formación profesional, en este caso, dual. En España, se ha pasado a una línea clara que es primaria, secundaria, bachillerato y universidad, pero nos hemos olvidado de la formación profesional. Otros países sí lo están haciendo.

Este trabajo es duro, pero cada vez tiene mejores condiciones, está tecnificado, hay mucha maquinaria y se paga bien. Es el momento de que el músculo de información se mueva y muestre que es un sector fuerte y con mucho futuro. Es una era diferente y debemos ser capaces de transmitirlo al joven para que entre en esos cursos.

En un año plagado de incertidumbres por la situación del conflicto bélico en Ucrania, con importantes subidas de costes de materiales y salariales y con dos importantes citas electorales. ¿De qué manera está afectando estos hechos al sector?

En una alta medida. El año pasado ya sufrimos debido a la guerra de Ucrania, entre otros motivos, un incremento en los costes de materia prima enorme. Hay elementos que han subido un 100%. Ese aumento de coste de materia prima ha llevado a dos problemas muy importantes, tanto en la promoción, como en la obra civil. En la promoción, si un promotor tiene sobre plano viviendas y en el proceso de construcción hasta su entrega se incrementan los costes más de lo previsto, no puede repercutir ese aumento de coste si ya tiene un contrato de venta cerrado. Por lo cual, esa subida la ha asumido el promotor y, en el caso de que tuviera un margen reducido de beneficio, ha tenido problemas importantes. Por otra parte, en el sector constructor civil afecta a que en las licitaciones de obras públicas hay unos precios antiguos y muchas de esas obras no se han podido terminar, ya que si se tenía alguna obra contratada por una cifra y esa ha aumentado por la subida inesperada de los costes de producción, la Administración no ha asumido esa subida lo que ese proyecto se hace inviable. En este último tema, ha habido conversaciones y algún logro, pero con mucho esfuerzo y pasando muchos meses hasta conseguirlo. Es cierto que el Gobierno central sacó un Decreto donde tocó algunos precios, pero se ha quedado muy corto con la realidad de muchas obras. La Junta también lanzó un Decreto de actualización de precios, que ha llevado a regularizar el desfase entre el precio real y el público. Ahora mismo está un poco en línea. Se ha amortiguado algo el problema. No se ha cubierto en su totalidad, pero sí se ha recortado bastante.

Al hilo de la anterior cuestión ¿Cuáles son los otros principales problemas con los que se enfrentan nuestras empresas?

Comenzando por la subida del tipo de interés y también el precio de las viviendas. La subida ha sido muy elevada y, sobre todo, en muy poco tiempo. Esto hace que el costo de las hipotecas aumente exageradamente. Veníamos de una época muy cómoda, con unos intereses muy bajos, en el que nos habíamos acostumbrado a que el dinero casi lo regalaban. La realidad no es así. Actualmente –ese factor en nuestro sector es vital– hace que la demanda se retraiga. El promotor tendrá que contener más el precio de venta y el cliente tendrá que hacer mayor esfuerzo para la compra.

Nueva Ley de Vivienda

Y la recién aprobada Ley de Vivienda, ¿cómo afectará al sector en su opinión?

Con respecto a la nueva Ley de Vivienda, cualquier política o ley que lleve a intervenir un mercado ya la conocemos y va en contra de los fines que se persiguen. Esta ley es intervencionista. El resultado es que va a haber una menor oferta de vivienda en alquiler ya que, por otra parte, esta ley ampara a la ocupación en vez de la seguridad jurídica de la propiedad. Lo único que nos deja más tranquilos es que es una ley en la que las autonomías decidirán sobre su aplicación y por tanto dependerá de la Junta. Según la consejera, ellos no van a asumir esa ley estatal, en principio.  Además, pedimos seguridad jurídica. El sector así lo demanda. Es algo primordial para cualquier actividad.

De todas formas y a pesar de los inconvenientes, se podría decir que al sector no le va mal… Háganos su valoración como presidente de los constructores granadinos.

Le va bien, pero no para tirar muchos cohetes. El sector está muy consolidado con respecto a lo que hubo en 2008. Se afrontan los problemas con más solvencia. Una reestructuración como la que se ha afrontado en los últimos años permite solventar problemas como la padecida por el Covid, por lo que le puedo asegurar que en la actualidad, el sector sí está preparado para la incertidumbre.

Recientemente, saltó la noticia de la sentencia del Supremo en la que permite a 76 parkings de la capital reclamar una importante cantidad por el IBI aplicado injustamente por el Ayuntamiento. ¿Qué nos puede indicar al respecto?

La cuestión es, cuando uno incrementa cualquier impuesto, en este caso el IBI, los sectores afectados se ponen en pie de guerra. Eso fue en 2019 y estamos en 2023. Esta sentencia del Supremo lo que marca es una analogía con Granada en la ciudad de Madrid, que lo que dice es que hay una duplicidad porque el epígrafe que la ley marca como tal es el industrial y dentro del mismo, uno de los usos es el aparcamiento, tanto en la ordenanza municipal de Madrid como en la de Granada que también aparece. Tumbada y anulada por el Supremo en Madrid, hay una analogía clara, ya que es lo mismo exactamente en Granada. Desde aquí, hacemos un llamamiento para que se devuelva cuanto antes lo que se ha pagado de más. No que sea no pagar, sino que se devuelva lo que se ha dado de más. La subida del 42% va a ser anulada más pronto que tarde para los años de 2019 a 2022. La suma de estos capitales son tres millones  de euros más intereses de demora del 2019 hasta ahora. Es una injusticia cobrar un 42% de la noche a la mañana.

Por último y para finalizar ¿cómo ve el futuro del sector?

El sector está muy consolidado en muchos aspectos, pretendemos que siga así y para que continúe la línea que debemos trazar es conseguir un ecosistema adecuado. Con ello, las empresas se mantienen, perduran y se hacen más fuertes y grandes, garantizando de esta manera su futuro.

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