El Cisne Negro
Manuel Peña Zafra. Economista de Granada

Es el titulo de un libro escrito por Nassim Nicholas Taleb. Los economistas lo entendemos, como acontecimientos altamente improbables y con un elevado impacto en la economía. Pero lo cierto es que por desgracia en las ultimas décadas nos han estado ocurriendo más de lo que hubiésemos deseado.

El título hace referencia a la rareza del cisne negro, hasta que se descubrió en Australia su existencia, es decir a los sucesos raros, llamémosles improbables, pero que producen un impacto tremendo y que  últimamente están ocurriendo a nivel mundial, rompiendo los moldes sociales, éticos, legales, económicos-financieros etc.,  establecidos como normalidad, citemos por ejemplo, la gripe española, el lunes negro de 1987, el hundimiento de las puntocom del 2001, el atentado del 11 de septiembre de 2001, la gran recesión de 2008, el Ebola, el BREXIT y,  actualmente, la pandemia del COVID 19.  La incapacidad de predecir estas rarezas ocasiona la incapacidad de predecir el curso de la historia, e implica que debamos de considerar la vida como el efecto acumulativo de un pequeño conjunto de sucesos raros. Los economistas a posteriori de su ocurrencia intentamos buscar razonamientos lógicos, intentando justificar su aparición.

Hablar de cisnes negros es hablar del riesgo y mas concretamente de los considerados extremos, es decir de los que escapan de la normalidad, afectando colateralmente a otras situaciones, que por miedo o como consecuencia de estos sucesos acaecidos nos llevan a modificar nuestra conducta con posterioridad y nos arrastran a nuevos escenarios que implican nuevos riesgos.

Sabemos que  la mayoría de los sucesos, riesgos, que estudiamos y la probabilidad de que ocurran se mueven dentro de la estadística en una distribución Normal,  es decir, si partimos de que cualquier tendencia se aproxima a la distribución normal, siempre que la muestra sea lo suficientemente grande,  estamos condenados  por pura probabilidad a la normalidad; pero no debemos de olvidar a los cisnes negros, estos ocurren fuera de la normalidad en las colas o extremos de la distribución y por desgracia últimamente  han sido frecuentes. Por lo tanto, los riesgos normales serán una constante en la función y consideraremos a los extremos como la variable de esta, y es esta ultima la que proporciona el riesgo extremo y la que ha cambiado las predicciones económicas y sociales de la humanidad en las ultimas décadas.

Los economistas nos hemos visto obligados bajo estas circunstancias a concienciar y asesorar a nuestros clientes sobre la importancia de implementar un buen modelo de organización y control en las empresas, pero sin olvidarnos en el, de los sucesos improbables.

La situación actual del mercado, donde la imposibilidad de adquirir ciertos materiales que imposibilitan la producción en los términos adecuados y la parada de la actividad empresarial ocasionará que ciertos actores apliquen medios fraudulentos para conseguirlos, nos llevará a unos previsibles riesgos de mercado, riesgos fiscales, contables y mercantiles en general. También conllevará una abundante legislación para paliar en lo posible los acontecimientos ocurridos. La experiencia nos ha hecho ver que lo que ha ocurrido en algunos casos, el mal uso y abuso de ayudas públicas a la empresa, falsedad documental en la solicitud de préstamos subvencionados, y otros muchos más que se podrían analizar.

El concepto de resiliencia ha alcanzando su gran importancia bajo el prisma de estos acontecimientos anormales. Los economistas debemos apostar, como así se ha demostrado en la actual pandemia, por una adecuada previsión de riesgos, aplicando la probabilidad de que se produzca al impacto que puede ocasionar y por tanto utilizar y apostar por un nuevo modelo, la resiliencia, que debe consentir en recuperarnos en el menor tiempo después de afrontar una crisis como la actual, lo que a su vez implica nuestra necesaria preparación y formación también para los sucesos improbables.

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