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LA BOLSA Y LA VIDA-OPINIÓN
Lola Martín García
Soy mujer, rubia (de mechas) y especulo en bolsa. Quizás para algunos son todos las condicionantes para echarse las manos a la cabeza, pues todavía hoy existen hombres que creen que “las rubias son tontas”, o por lo menos así lo han demostrado algunos con los que he hablado de bolsa, primero una sonrisa
socarrona, después una gran sorpresa al averiguar que respondo a sus preguntas de bolsa:- ¿Pero tu vas por fundamental o por técnico?, y ya por último, y descubriendo que hay algo de verdad, se crea un diálogo de lo más fluido, a saber, de lo mas fluido, sin dejarnos hablar, ya que cuando se encuentran dos personas que han especulado, quieren expresar toda su experiencia, sus logros, sus ganancias, las pérdidas, que a veces se quedan en el olvido, sus valores favoritos… en fin, se crea todo un apasionante fluir de adrenalina, haciendo de una conversación que en un principio era normal, en toda una cascada de datos, números, recuerdos, e incluso, como pasa en política, al final de la conversación, y dependiendo de los cercanos que hayan sido los comentarios, las personas en cuestión o se caen mal, o se caen bien.
Es curioso, ¡simplemente una conversación de bolsa! hace que juzguemos al otro, por el simple hecho de hacer lo mismo que nosotros. ¡Ay Dios mío!, pero como haya ganado más que nosotros, su rentabilidad haya sido más alta, o sus valores son los que hayan subido, se ha caído con todo el equipo, depende de la persona interlocutora el grado de envidia o de humildad que traiga, su juicio iría desde “este es un gurú”, y sentir por él admiración, o, “es un mentiroso que tiene muchas fantasías en la cabeza”. Elijan ustedes hay cabida para todos… continuará.
(Lola Martín García es empresaria).