La economía granadina crecerá este año un 4,2% y el paro sigue en descenso
Las amenazas vienen por el repunte de la inflación, el coste de la energía y el probable alargamiento del conflicto bélico que padece Ucrania que tiene consecuencias a nivel mundial

La economía de la provincia de Granada no acaba de superar por completo el mazazo que supuso para todos los sectores los dos años largos de pandemia vividos, que en sus peores momentos llegó a paralizar la actividad, hundió el Producto Interior Bruto (PIB) hasta en un 12,6% y dejó un reguero de trabajadores sin empleo y de empresas en liquidación. Sin embargo, a fecha de hoy, la situación da claros síntomas de ir a mejor, al menos durante los cinco primeros meses transcurridos del presente ejercicio. Así lo reflejan los datos con que cuentan distintas instituciones públicas, como el Instituto Nacional de Estadística (INE) o el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), o de carácter privado, como Analistas Económicos de Andalucía, que realiza trabajos de investigación por encargo del grupo Unicaja. En la misma línea se posicionan otras fuentes consultadas por GRANADA ECONÓMICA, que constatan la mencionada recuperación de los principales indicadores y ven para el resto del presente 2022 una progresiva aunque lenta mejoría.

Todo el escenario esbozado acerca de la economía granadina se puede hacer extensible, en sus grandes líneas, al resto de Andalucía pues las diferencias no son excesivamente llamativas, con las excepciones de rigor. Un panorama que aunque es ciertamente alentador, no deja de ser sumamente inestable. La invasión de Ucrania por parte de Rusia y todas las consecuencias económicas que ha traído a nivel mundial, afecta y mucho a cualquier economía. También a la de Granada, que como la del resto del país, padece directamente un nivel de inflación desconocido en decenios y, por consiguiente, un empobrecimiento acelerado de las personas con menor capacidad de rentas. De ahí que el Gobierno de la nación se viera obligado a intervenir con un plan de ayudas y créditos, valorado en 16.000 millones de euros, recientemente convalidado por el Congreso de los Diputados, que permite aflojar algo la soga en el cuello de empresarios, autónomos, trabajadores, parados… y una larga lista de afectados por la delicada coyuntura.
El primer dato que permite albergar esperanza de que Granada inicia la senda de la recuperación es el que refleja el PIB. El IECA revisaba recientemente sus propias previsiones y dejaba claro en su último informe que la economía andaluza ha crecido un 6,8% en el primer trimestre del presente año, en términos interanuales. Es decir, una décima más que la media nacional. Al no computar hasta que no acabe el año, datos desagregados por provincias, no podemos especular la subida que le corresponde a Granada. Pero sí podemos consultar su base de datos, aún provisional, correspondiente al pasado ejercicio de 2021 y allí nos encontramos con que la riqueza de esta provincia creció un 4,73% a precios de mercado. Es decir, tanto si contemplamos el PIB del pasado año en su conjunto como si analizamos el correspondiente al primer trimestre, las cifras que nos muestra el IECA dejan bien a las claras que la senda de crecimiento de la economía provincial se mantiene y es más que probable que siga así a lo largo de esta segunda mitad de año. Merece la pena señalar que los técnicos del IECA afirman que el impulso de la economía provincial y de la andaluza viene dado por el buen comportamiento interanual que han demostrado todos los sectores, como son los de servicios, construcción, primario e industrial.
También sobre el PIB se pronuncian los expertos de Analistas Económicos de Andalucía en su último informe de coyuntura. Para la provincia granadina estiman que crecerá un 4,2% durante todo 2022, siendo superada tan solo por la de Málaga, cuyo indicador previsto alcanza el 4,9%. A tenor de este estudio, el nivel de aumento del conjunto de los bienes y servicios que Granada produce y lo hará en los próximos meses -el citado PIB- será por tanto idéntico a la media de las ocho provincias de la región, que alcanzará el mencionado 4,2%. Este mismo informe avanza también que el consumo privado y la inversión previstos para el presente ejercicio pueden incrementarse a un mayor ritmo que en 2021 y los sitúa, concretamente, en tasas 3% y 5,3%, respectivamente. De igual modo, en el ámbito de los diferentes sectores considera un aumento generalizado, con tasas más elevadas para el sector servicios (7,6%) -sin duda, con el motor del turismo funcionando a buen ritmo- y para el de la construcción (3,1%). Estos últimos datos de Analistas Económicos hacen referencia al conjunto de Andalucía, pero dada la buena posición de Granada en términos comparativos con el resto de las provincias, hace prever que no habrá una diferencia en sus tasas propias con las del conjunto de la región.

Desempleo

Otro de los indicadores económicos que importan -y mucho- en una provincia como la de Granada es el que registra la evolución del desempleo. O la creación de puestos de trabajo, si optamos por la otra cara de la misma moneda. En este caso echamos manos de las estadísticas del INE y más en concreto de la que mejor mide este parámetro, como es la Encuesta de Población Activa (EPA). En este caso, la gráfica es muy elocuente: la evolución del paro en Granada durante los últimos cinco años presenta distintos ‘dientes de sierra’ que confluyen con un pico alcanzado en el tercer trimestre de 2020, con una tasa de paro que entonces se encontraba por encima del 26%. Ahora la situación es muy diferente. El descenso en la curva desde la fecha mencionada antes es más que evidente y se materializa con los datos de la EPA referidos al primer trimestre del presente año: Granada registraba un total de 83.100 desempleados y una tasa de paro del 18,95%. Si bien es verdad que estas cifras son aún muy abultadas, máxime cuando las comparamos con la misma tasa de paro a nivel nacional que se situó al término de marzo en el 13,65%, no es menos cierto que hay motivos para la esperanza. Cuando se conozcan las cifras del segundo trimestre del presente año, se podrá confirmar muy probablemente, lo que aquí se indica.

Desmenuzando un poco todas las cifras que ofrece la EPA podemos advertir que la situación del desempleo en Granada durante el citado primer trimestre de este 2022, supone un descenso en 18.300 parados con respecto a idéntico periodo del año precedente. ¿Es mucho o es poco? Pues depende de las interpretaciones que haga cada cual. No estamos en los niveles de prepandemia, pero nos acercamos mucho a los mismos. Ganamos más enteros si comparamos lo ocurrido en Granada en este primer trimestre pasado con lo que nos ofrece la EPA a nivel nacional. Así, el paro aumentó en el conjunto del territorio español en 70.900 personas, después de cinco trimestres a la baja consecutivos. Todo un frenazo debido en parte, a que la Semana Santa cayera en abril y el sector servicios no pudiera computar los miles de contratos que se efectúan para esas fechas y el abandono de las listas de parados de muchas otras personas más.

Finalmente, y dentro de este mismo apartado de la EPA, conviene resaltar el número de personas ocupadas en el conjunto de la provincia y que ascendía entonces a 355.500. Es la cifra más alta de los últimos tres quinquenios, cuando aún no había estallado la crisis financiera que a partir de 2008 y en años sucesivos, causó estragos en la economía mundial y también en la granadina. Aunque la población ocupada tiene un perfil mucho más moderado de incremento que el que refleja la caída del paro, es más que probable que su escalada también se haya mantenido a lo largo del segundo trimestre.

Las amenazas

El panorama descrito tiene también su reverso. A lo largo de los meses del presente año que han transcurrido se ha desatado una ‘tormenta perfecta’ en el ámbito económico que ha venido auspiciada en buena medida por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, con efectos directos y muy graves en la economía mundial. El coste de la energía en su más amplio sentido, se ha desbocado. El precio de las materias primas también. Y consecuencia de todo ello es que la cesta de la compra registra subidas que aún no han terminado y que afectan al consumidor. Por resumirlo mucho, la inflación en Granada y en toda España ha alcanzado en estos últimos meses niveles desconocidos en los últimos treinta años. El último dato hecho público por el INE antes del cierre de esta edición de GRANADA ECONÓMICA, hace referencia al pasado mes de abril. Al término del mismo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) en Granada apenas había bajado un 0,1% con respecto al mes de marzo por el ligero abaratamiento del coste de la electricidad. Pero lo dramático es que en términos interanuales, este indicador subió nada menos que un 8,3%. Incluso si comparamos abril con enero, el repunte alcanza otra cifra más que considerable, el 3,3%. Con las tablas estadísticas en la mano del INE, el IPC granadino arrojaba un valor al término de abril de 107.497, con lo que se sitúa en el segundo registro más alto de la historia desde que se computan datos por parte de este organismo oficial, es decir, desde 1983. Llevamos, por tanto, medio año con un nivel en el IPC por encima del 5,1%, un tope que ya quedó marcado en abril de 1995 y en junio de 2008.
A la hora de analizar los productos y servicios que más se incrementaron en abril, el INE nos desvela que en Granada destacaron con fuerza las subidas de la ropa con un 7,8%, seguido de los alimentos, que registraron un alza del 4,8% y del calzado, con un 3,7%. Sin embargo si echamos la vista un poco más atrás y comparamos los precios registrados en abril con los del mismo mes del pasado año, las cifras resultan escandalosas: el coste de la electricidad y de los combustibles ha aumentado en un 43% y la alimentación en su conjunto, en un 11,6%. Una cuestión ésta que no sólo supone que los bolsillos de miles de ciudadanos de la provincia están más vacíos que hace un año, sino que incide directamente en la marcha económica de Granada al restar capacidad de gasto a una amplia capa de la población. Un dinero que se tendría que inyectar en miles de pequeñas empresas o llegar a los autónomos y que no alcanzará ese objetivo.

Mención aparte cabe hacer también dentro de este capítulo sobre un sector que tiene una importancia capital en la marcha económica de la provincia, como es el de la construcción. Si esta actividad, tanto en su vertiente de obra pública como de obra residencial, funciona a buen ritmo, Granada puede sonreír. Caso contrario, las malas caras se generalizan. Y en estas últimas estamos. Las empresas que se dedican a esta actividad llevan meses inmersas en una situación muy complicada, devenida directamente de distintos factores: incremento de los costes energéticos, escasez de suministros que lentamente se van recuperando y desaparición de la rentabilidad en muchas promociones de vivienda o en la ejecución de obras por encargo de las distintas administraciones. Por fortuna, algunas de estas últimas como la Junta de Andalucía o la Diputación Provincial, han corregido este desfase incrementando las partidas hasta en un 20%, pues reconocen que las constructoras no pueden trabajar a pérdidas. Baste mencionar un solo dato para darse cuenta del panorama que han tenido que afrontar estas empresas: el acero corrugado que se usa en las obras llegó a subir hasta un 40% en solo un mes. Por si no fuese poco todo lo anterior, la huelga del transporte por carretera puso en una auténtica encrucijada a las constructoras granadinas. Finalmente esta se solventó y la actividad pudo reanudarse. Pero los problemas de incremento de costes siguen ahí, por lo que los empresarios han de hacer cábalas y revisar continuamente los contratos para que su actividad se mantenga y con ella los 22.000 empleos que proporciona en el conjunto de la provincia de Granada.

Empresas

El IECA publicaba el pasado 11 de mayo, con datos referidos a abril, los resultados de la actualización de la Estadística de Empresas Inscritas en la Seguridad Social. Pues bien, para el caso concreto de Granada el número de sociedades ascendía a 28.931, con un incremento en el número de las mismas en términos interanuales del 3,1%, que es mucho mayor -hasta un 9,1%- si se contempla en función del número de trabajadores de las mismas. Si comparamos estas cifras con las del conjunto de Andalucía, vemos que quedan ligeramente por debajo, pues el número de empresas inscritas en la comunidad autónoma asciende a 249.712, lo que ha supuesto un crecimiento del 1,4% respecto al mes anterior y un crecimiento del 4,3% -10.393 empresas más- respecto al mismo mes del año anterior. El tejido empresarial granadino recupera así niveles prepandemia, aunque cuestión aparte sea las condiciones de dificultad por la que atraviesan esas empresas por las razones antes expuestas.

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