“Emprender es aquello que hacemos cada mañana en un entorno cambiante y hostil”
Reelegido para un nuevo mandato, este joven empresario asegura que en AJE no se entiende el éxito sin el fracaso, por lo que el consejo que da a alguien que siente ganas de tirar la toalla “es que se deje ayudar”

El empresario granadino José Antonio Martínez Amat fue reelegido presidente, hace escasas fechas, de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) para un nuevo mandato de cuatro años. Una gran mayoría de asociados le dieron su apoyo y le expresaron su gratitud por la labor realizada al frente de la anterior junta directiva. En la entrevista con GRANADA ECONÓMICA, Martínez Amat deja claro que pese a los dos largos años de pandemia transcurridos, a la crisis desatada por el espectacular incremento de los precios de los diferentes tipos de energía y a otra más sobrevenida con la guerra de Ucrania, merece la pena ser empresario y no desistir en el intento. De ahí que considere que en el ámbito empresarial no cabe concebir el éxito sin tomar en consideración los riesgos y el propio fracaso. “Miedo ninguno”, puntualiza. En otro orden de cosas, constata que el plan de choque que aprobó el Gobierno de España para contener la crisis -dotado con 16.000 millones de euros- llega muy tarde para muchos empresarios y con una escasa suma de dinero. “Jamás vamos a entender a un Gobierno o a una Administración que no toma las decisiones inmediatamente y cuando se necesitan”, explica a este respecto. Más claro, el agua.

Hace escasas fechas fue reelegido en su cargo de presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Granada. ¿Qué balance puede hacer de estos cuatro años de mandato transcurridos?

Mi balance no puede ser más positivo, aun con una pandemia entre medias. Desde el principio nos pusimos a trabajar en un objetivo claro: tener una asociación útil y cercana, sin dejar de lado la disrupción que caracteriza a AJE en sus eventos y proyectos. Bajo esa premisa, estoy especialmente orgulloso de la relación que hemos forjado con la Universidad de Granada y con UGR Emprendedora, en donde año a año hemos ofrecido un completo equipo de mentores a los estudiantes que emprendían sus proyectos. Ahora muchos de ellos son empresas consolidadas, que funcionan y que son miembros AJE. Otro hito fueron las tres ediciones de las famosas Fuckup Nights, en donde gente del nivel de Josef Ajram, Jaime Alguersuari o Álvaro Benito aterrizaron en Granada para hablar de fracaso y en donde juntamos a más de 1.000 personas. Y no me puedo olvidar del trabajo realizado durante lo peor de la pandemia y la crisis del covid, en donde esta asociación y las personas que la forman dieron lo mejor en el peor momento. Entidades con mayor presupuesto echaron la persiana y nosotros sacamos el que fue seguramente el mayor despliegue de atención, ayudas, eventos online y medios hecho en ese momento por ninguna otra asociación.

La adhesión de 60 nuevos socios a la organización en 2021, con un periodo de pandemia de por medio, dice mucho en favor de usted y de la directiva. ¿Qué ha quedado en el tintero que tenga que retomar durante estos próximos cuatro años?

El 2021 fue desde luego un año de récords con esas 60 empresas nuevas que aterrizaron en AJE. La explicación de aquello fue claramente recoger los frutos del trabajo hecho en 2020 por una asociación que, como le decía, dio lo mejor en el peor momento y hizo valer cada euro de la cuota que pagan nuestros asociadas y asociados. Quedan muchas cosas en el tintero siempre, aquí la maquina no para. Uno de los objetivos pendientes y que acabamos de cumplir es llegar a la Costa Tropical, en donde acabamos de nombrar a nuestro embajador Javier Rubiño para dar servicio y tener presencia en un entorno que reclama atención y que tiene un potencial tremendo como es esta comarca de Granada y el puerto de Motril.

Usted ha reclamado un mayor apoyo al emprendimiento en favor de los jóvenes que quieren ser empresarios. ¿Qué hacen mal, o no hacen, las administraciones a este respecto?

Sin entrar en el ya sabido tema de las trabas burocráticas y la carga fiscal, ahora lo que pasa es que tengo la sensación de que las administraciones y entidades de ayuda y fomento del emprendimiento solo piensan en empresas tipo ‘startup’ o tecnológicas, que me parece bien y que desde luego es un sector estratégico, pero que no es ni de lejos la realidad del emprendimiento en Granada o Andalucía. A mi alrededor veo cantidad de jóvenes emprendiendo en el entorno rural, jóvenes hosteleros que están haciendo cosas increíbles o jóvenes al frente de empresas familiares como segunda, tercera o cuarta generación… Emprender es aquello que hacemos cada mañana saliendo a trabajar en un entorno como el actual: cambiante y hostil a partes iguales.

El miedo al fracaso, al riesgo, es algo muy común entre jóvenes emprendedores. ¿Qué les aconsejan para que no abandonen el proyecto que tienen entre manos?

En AJE no entendemos el éxito sin el fracaso, miedo ninguno, todo lo contrario el fracaso lo admiramos y lo compartimos entre nosotros sin tapujos. Esa es la única forma de perderle miedo y de avanzar. No solo lo hemos demostrado en las Fuckup Nights que, por cierto, vuelven este mes, sino que hablamos abiertamente y compartimos nuestros problemas. El mejor consejo que se le puede dar a alguien que siente ganas de tirar la toalla es que se deje ayudar. Acabamos de lanzar una serie de eventos muy especiales que se llaman ‘Terapias de choque’ en el que nos ponemos contra el espejo para preguntarnos cuánto sabemos de nuestras empresas y si tenemos el control sobre ellas. La pasada edición de marzo ha sido un éxito y hace que las personas que participan en ellas mediten y arranquen al día después en sus oficinas con ganas de cambiar cosas. Ese es nuestro principal cometido: hacer que las cosas pasen, ser útiles.

La burocracia, la falta de recursos económicos, el bloqueo de licencias municipales… son males endémicos que viven en primera persona los jóvenes empresarios granadinos. ¿Cómo pueden sortear tantas trabas? ¿Qué hace AJE al respecto para ayudarles?

AJE pone al servicio de sus empresas miembro un equipo increíble de personas dispuestas a ayudar y a conectarte con quien necesitas en cada momento. No es solo nuestro personal, sino que la persona que llega a AJE lo que encuentra es a más de 250 empresarios empáticos, abiertos, que seguramente ya han pasado por los problemas que tu estás pasando y que siempre están dispuestos y dispuestas a ayudar. Eso es lo más bonito de esta asociación, que aquí no se viene a escuchar, se viene a participar y tampoco se viene a vender, se viene a colaborar. Yo veo diariamente como fluyen las sinergias, los proyectos comunes entre empresas y personas que incluso se dedican a lo mismo, fíjate que sentido tan bonito de la competencia ¿no? Eso es AJE.

La complicada coyuntura económica por la que atraviesa España, y Europa en general, no invita precisamente a que un joven quiera ser empresario. ¿Tienen que esperar a que la situación se normalice o aconseja poner en marcha sus proyectos?

Tristemente vivimos en una tierra en donde se emprende por hambre, por necesidad. Las crisis son históricamente momentos en donde sí se emprende, lo malo de esto es emprender porque no te ha quedado otro remedio lo que en muchos casos acaba en un cierre anticipado. La consolidación empresarial es una de las grandes tareas pendientes en Andalucía y donde más debemos apostar para conseguir tener un ecosistema real y duradero. Nunca es mal momento para emprender, lo que si es importante hacerlo con la formación adecuada, con un objetivo y con una estrategia clara y coherente. A veces no es fácil ver esto, por ello la ayuda es fundamental, al igual que lo es elegir bien la compañía y el equipo.

Plan de choque

¿Qué opina del plan de choque que el Gobierno aprobó el pasado día 29 de marzo y que está dotado con 16.000 millones para contener la crisis y la escalada del coste de la energía?

Opino que como casi todas las decisiones que ha tomado el Gobierno llegan muy tarde y son insuficientes. Los empresarios tenemos un problema y es que somos personas altamente prácticas. Jamás vamos a entender a un Gobierno o una Administración que no toma las decisiones inmediatamente y cuando se necesitan. Nuestras empresas no tienen un minuto que perder y menos en situaciones tan dramáticas como las que vivimos estos días, donde la subida de precios de la energía hace insostenible una situación que era ya pésima tras la salida de la crisis del covid. A los empresarios y empresarias esta crisis provocada por la guerra de Ucrania no nos ha pillado recuperándonos, nos ha pillado aun mal por lo que la inmediatez en las ayudas era vital.

El Ejecutivo ha dejado de lado una rebaja general de impuestos. ¿Desde el ámbito empresarial es acertada la medida o asfixiará aún más a muchas pymes?

Bajo mi punto de vista todo lo que no vaya encaminado a aflojar la cuerda que ahora mismo rodea el cuello de las pymes es una mala decisión. Cuando se entienda que para las empresas es el mejor vehículo para aumentar el poder adquisitivo y la calidad de vida de los trabajadores estaremos en el camino correcto. Las medidas que necesitamos deben tener como objetivo mejorar la situación de las pymes y, en consecuencia, las pymes podrán revertir su mejoría en los trabajadores. Así es como yo lo veo y así es como lo entienden la mayoría de empresarios y empresarias con las que hablo. Estamos acostumbrados a demonizar la figura del empresario cuando la gran realidad es que todos queremos tener a nuestros empleados fieles, motivados y cobrando el máximo posible. Entendemos la relación con nuestros empleados como un ‘win to win’, así es como nos han formado y educado.

Los créditos ICO ¿solucionan el impacto de la crisis en la liquidez empresarial?

Si y no. Los ICO han sido un paliativo, pero no una cura. Así ocurrió con la crisis del covid y así pasará con los créditos que se pongan en marcha ahora con la crisis energética. Las empresas ahora están mas endeudadas que antes, esa es la diferencia y sigue siendo el patrimonio personal de los empresarios y empresarias el que está en juego.

El cartel de ‘prohibido despedir’ hasta el 30 de junio, aboca a las empresas que lo precisen a echar manos de los ERTE. ¿Es una estrategia acertada para no incrementar el paro en una provincia tan castigada como Granada?

Sigo en la línea de lo que comentaba antes. Yo no se que empresario disfruta despidiendo a sus trabajadores o viéndose obligado a reducir plantilla, yo desde luego no y el 99% de los que yo conozco tampoco. Y te lo dice una persona cuya empresa principal opera en un sector como la construcción, altamente volátil y afectado por la coyuntura, en donde nos las vemos y deseamos para mantener a la plantilla y evitar la temporalidad. Las administraciones deben poner a la empresa en el centro de sus decisiones y así la empresa podrá seguir poniendo a las personas en el centro de las suyas.

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