La enseñanza vence al virus… hasta el momento
Antonio Arredondo García. Profesor Fray Luis de Granada

Si algo se tenía claro en la primera ola de la pandemia, era que se suspendían las clases y, si algo se tiene claro en esta segunda, es que no se suspenden las clases presenciales en educación infantil, primaria y secundaria. En este cambio de estrategia, cabe resaltar la figura de los profesores y profesoras, funcionarios públicos que han asumido su responsabilidad con un compromiso intachable en un escenario enormemente incierto; no olvidemos que cuando empezó el curso, los profesores no sabían a lo que se enfrentaban, simplemente… se enfrentaron; sin dudarlo, se metieron en sus clases, clases que eran habitadas por alumnos (cosa normal) pero que también estaban habitadas por el virus.

También sería injusto no valorar como se merecen a los alumnos que han sido sensibles al problema y que, con su comportamiento responsable, están contribuyendo a mantener a raya al enemigo invisible. Tampoco debemos olvidar al personal de administración y servicios que también asumieron sus obligaciones en esta situación tan difícil. Según los últimos datos publicados por la Junta de Andalucía, el 95,06 % de los centros educativos están libres de COVID 19, sólo un 0,09% han cerrado totalmente y un 0,38% lo han hecho parcialmente. Los profesores, además de hacer su trabajo de siempre (clases, preparación, procedimientos administrativos, tutorías con padres y alumnos, formación, etc.), este año están siendo agentes COVID, responsabilizándose de que se cumplan las medidas de salud tales como mantener las distancias de seguridad, vigilar el uso de las mascarillas, evitar aglomeraciones de alumnos, ordenar el tráfico peatonal en las instalaciones y mantener una vigilancia activa para detectar posibles casos.

Por si esto fuera poco, están haciendo clases sincrónicas, es decir, simultaneando la enseñanza presencial y a distancia y, si bien, recientemente se ha recibido una dotación de ordenadores portátiles por parte de la Junta de Andalucía, hasta este momento, lo han estado haciendo con sus propios recursos (ordenadores, webcam, etc.) Pero esto no es todo, la enseñanza sincrónica no es sólo dar una clase y colocar una webcam para que pueda seguirse desde casa, sino que exige el dominio de otras herramientas como las plataformas de enseñanza online, sin olvidar que la metodología y los recursos usados para la enseñanza presencial no son los mismos que los utilizados para la enseñanza online. Todo esto ha hecho que los profesores, en general, hayan prácticamente duplicado su tiempo de dedicación y todo esto se ha hecho sin protestas y sin bajar un ápice su motivación por este bonito compromiso que supone la formación de nuestros jóvenes.

Si al final se consuma el éxito, aparecerán aquellos cuyos objetivos son apuntarse méritos y que tienen los medios para hacerlo, mientras que la comunidad educativa seguirá con su compromiso silencioso de formar a jóvenes capaces de enfrentarse a un escenario que cada cierto tiempo (si no todos los días) nos reta a dar lo mejor de nosotros como lo estamos haciendo en esta terrible situación.

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