La supervivencia del comercio granadino

Cuando en Cámara Granada pensamos en el futuro de las empresas granadinas, vamos más allá de imaginar cómo serán los meses de verano o los próximos otoño e invierno. Obviamente tenemos claro que en durante cinco-siete meses, mientras la COVID-19 sea una amenaza cierta para todos los ciudadanos, nuestras empresas tendrán que asumir importantes cambios, y adaptarse para asegurar medidas de prevención imprescindibles. Solo sobrevivir a estos inciertos meses será una heroicidad.

Sin duda uno de los sectores económicos a los que más afectará esta situación es el comercio. Sector clave por generación de empleo y riqueza, el comercio granadino sufrió el drástico confinamiento, sufrió las duras condiciones de las fases de la desescalada y está sufriendo las circunstancias de una normalidad que no acaba de llegar: con un consumo interno muy ralentizado y con turistas que no acaban de llegar, las perspectivas son verdaderamente difíciles.

En ese contexto, creemos que sólo el apoyo decidido de las administraciones mediante medidas -ayudas, reducciones y moratorias fiscales, flexibilidad laboral– que aseguren la liquidez y con campañas de concienciación, como las que han surgido desde todas las administraciones, y sólo el compromiso de los granadinos, harán posible la supervivencia inmediata de nuestro comercio.

Desde la propia Cámara Granada nos hemos sumado a esas iniciativas de apoyo con el lanzamiento de un Sello de Comercio de Confianza que avala que nuestros establecimientos cumplen con los requisitos establecidos por las autoridades para la reapertura. Confianza, seguridad y certeza de que tenemos un comercio responsable, preparado para la actividad.

Sin embargo, como decía, en Cámara Granada pensamos que las transformaciones de nuestros grandes sectores como el comercio deben ir más allá de hacer frente a la pandemia.

Mucho antes de la crisis sanitaria, desarrollábamos programas para llevar la innovación y las nuevas herramientas digitales al comercio tradicional. El confinamiento nos muestra que si antes era necesario; ahora es imprescindible.

Los hábitos de los consumidores, claramente volcados a las experiencias on line, se han extremado durante la pandemia, para beneficio de las grandes plataformas de internet. Sin embargo, a mi juicio, competir en ese terreno es difícil pero posible, usando las mismas herramientas que las grandes, pero diferenciándonos por la cercanía, el trato profesional, el conocimiento del cliente que sólo está al alcance del comercio tradicional.

Ese es uno de los retos, pero no el único.

Innovar no es incorporar tecnologías en todas las fases del negocio; es hacer cosas diferentes, no siempre tecnológicas, más eficientes y más atractivas, que devuelvan la confianza a nuestros clientes y a estos a nuestros negocios. Lo mejor de la innovación es que está, literalmente, al alcance de todos porque no es un atributo de la tecnología sino de las personas.

Un tercer reto, relacionado con esto último es el de la formación, que debe alcanzar hasta la última de nuestras empresas comerciales.

En Cámara Granada tenemos esperanza en el futuro de nuestro sector comercial. Pero creemos que sólo la conjunción de unas administraciones volcadas con el comercio y de unas empresas decididas a transformarse e innovar para ser nuevamente atractivas para sus clientes, podrá garantizar ese futuro más allá de la Covid-19.

 

Inma Martín Granda

Miembro del Comité de Dirección de Cámara Granada

Directora General de Jumadi

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