Mercado de San Agustín: un proyecto por construir

El fracaso del proyecto gastronómico con el que el anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Granada pretendía relanzar el mercado de San Agustín, no por esperado, es menos doloroso. Un fracaso esperado e intuido, ya que , un proyecto que se modifica a la carta de un empresario concreto, pierde irremediablemente la finalidad social con la que se diseñó. 

Todos sabemos que lo que finalmente se hizo, no era un proyecto gastronómico, donde se impulsaran y difundieran las excelencias de los productos que ofrecen los comerciantes del mercado y, por tanto, la conexión colaboración y cooperación entre el espacio gastronómico y los comerciantes fuera total. Este espacio gastronómico iba a unificar ocho puestos centrales del mercado en un único espacio, amplio y diáfano en el cual se ofreciera y cocinara los productos de los puestos. Es decir el cliente podría comprar su producto en los puestos y cocinarlo de la manera que eligiera, sin coste añadido para el comerciante. 

Sin embargo, este proyecto así esbozado a grandes rasgos, que fue el consensuado por los comerciantes del mercado y que a los diferentes grupos políticos nos parecía adecuado por ser un modelo que ha triunfado en otros mercados de abastos urbanos, como digo, este proyecto fuera diseñado a la carta de un empresario que no pretendía explotar un espacio gastronómico sino, simplemente, especular con los puestos en el que finalmente se dividió la zona arrendándolos a terceros a precios muy elevados así como mediante el cobro de una cuota mensual al comerciante que quisiera participar en el proyecto llamado San Agustín Gourmet.  Es decir, absolutamente nada que ver con el proyecto inicial y que a todas luces, como he dicho, por experiencias estudiadas en otras ciudades, inadecuado para relanzar el mercado en un momento muy crítico, pero que, de haberse realizado correctamente, daba cierto margen a la recuperación de la actividad económica y social del mercado y de toda la zona adyacente, tanto desde el punto de vista económico, como social. Por que no hay que olvidar que los mercados de abastos en zonas céntricas o deprimidas de las ciudades no sólo realizan una actividad económica de compraventa de productos básicos, sino  que realizan una labor social de fijación de los vecinos al territorio, evitando la despoblación de estos barrios, o la gentrificación de determinadas zonas .

Estamos, por tanto, en una cuenta a atrás para la salvación del mercado de San Agustín. El actual equipo de gobierno del Ayuntamiento decidimos en un primer momento rescatar la concesión para terminar con la situación insostenible de un espacio que no sólo no ayudaba al resto de comerciantes, sino que restaba imagen y prestancia al mercado, tanto por el número de espacios hosteleros cerrados como por la carpa sobre dimensionada al espacio libre existente en la plaza de acceso y que ahogaba la entrada al mercado, convertida en las últimas en lugar de un foco insaluble. El nuevo equipo de gobierno, de forma inmediata, plantearemos un nuevo proyecto para relanzar y promocionar el mercado de San Agustín, inclusivo y consensuado con los comerciantes pero también con los demás grupos políticos, basándonos en experiencias exitosas de otras ciudad. No es éste un tema para la confrontación política, sino que se trata de un asunto de tanta relevancia tanto para la supervivencia de los comercios y para el mantenimiento de los vecinos de los barrios cercanos como para buscar soluciones desde la política, con lealtad de todos los grupos municipales, y dando el protagonismo que se merece a los comerciantes del mercado, que luchan cada día por mantener a flote sus comercios, dando a la ciudad un servicio que va mucho más allá del simple abastecimiento de productos básicos.

Compartir es demostrar interés!