Entrevista a José María Escudero Santos, presidente del Colegio de Economistas de Granada

José María Escudero Santos es el presidente del Colegio de Economistas de Granada. Pleno conocedor  del Colegio , del que ha formado parte desde el año 93 y de su Junta de Gobierno, ha pertenecido a ella en dos legislaturas bajo el mandado de D. Fco. Martin Recuerda , gestiona esta entidad desde hace más de cinco años, los últimos dos años como decano electo. Es, además, vicepresidente del Consejo Andaluz de Colegios de Economistas y miembro del Pleno del Consejo General de Colegios de Economistas.

¿Con cuantos colegiados cuenta actualmente el Colegio de Economistas de Granada y qué pueden encontrar éstos, principalmente, en el Colegio?

En primer lugar me gustaría aclarar que la colegiación para el ejercicio de la profesión de economista, no es obligatoria.

Actualmente somos 400 colegiados, muchos de los cuales trabajan por cuenta propia, otros trabajan por cuenta ajena para despachos o grandes empresas y en tercer lugar, tenemos profesionales que se dedican al sector de la educación. Cuantitativamente vamos creciendo poco a poco, aunque entendemos que no es fácil.

Pertenecer a este colectivo repercute positivamente, ya que abre puertas y genera sinergias y contactos. No cabe duda, que juntos somos más fuertes.

¿Qué servicios concretos presta este Colegio?

Este Colegio se encuentra englobado dentro del Consejo General de Colegios de Economistas, el cual dispone de una serie de órganos especializados que atienden las distintas ramas de la profesión. Dichos órganos ofrecen a los colegiados un respaldo técnico, del que carecen los profesionales que ejercen la profesión por su cuenta.

Además, a nivel de Colegio ofertamos mucha formación ya que nos interesa que el profesio–nal que está ejerciendo contacte, –o por lo menos lo intentamos–, con aquellas personas con las que va a interactuar en el desarrollo de su trabajo. Asimismo, la formación nos permite mantenernos actualizados ante la vorágine de normas que salen cada día.

¿Cómo ve el actual mercado de trabajo de los economistas granadinos?

La crisis ha obligado a cerrar muchas empresas en las que trabajaban licenciados en Ciencias Económicas y Empresariales, los cuales han tenido que reorientar su carrera. Nos encontramos con personas que por su edad, no encuentran ofertas de trabajo para trabajar en otras empresas y ante su situación, deciden montarse por su cuenta.

También es cierto que en la Facultad estudian en torno a 8.000 alumnos, y también tiene que haber salida profesional para ellos.

El Colegio de Economistas de Granada ha acordado unirse con el colectivo de Titulados Mercantiles. ¿Cómo está el proceso?

Los acuerdos ya están tomados y estamos a expensas de que la Junta de Andalucía tramite la Ley.

La unificación nos hará crecer hasta los 700 colegiados.

¿Cómo ve la actual situación de las empresas de Granada? ¿Cree que realmente está mejorando su situación?

Yo creo que se produjo un punto de inflexión en diciembre de 2014. El primer semestre de 2015 los indicadores han sido posi–tivos, y es resultado de que la actividad económica está aflorando.

El descenso del precio del petróleo, del déficit por cuen–ta corriente y de los impuestos, ha permitido un aumento de la masa monetaria y eso permite a la población gastar más.

La situación va mejorando poco a poco y los empresarios tie–nen que tener una expectativa de que la actividad se va a mantener.

En relación a la economía de Granada, la industria es muy escasa y la crisis ha hecho mucho daño. Así la cosa, lo primero que hace falta es recomponer la clase empresarial, apoyándose en los jóvenes que están acabando sus estudios o en aquellas personas que han perdido sus puestos de trabajo. De esta manera, se volverá a generar empleo y se reactivará la economía.

¿Cómo está el tema concursal en Granada? 

Los concursos están disminu–yendo bastante, aunque todavía sigue entrando un número de expedientes mayor al que se daba antes de la crisis.

¿Hay en nuestro país tanto miedo al fracaso como se dice?

En Estados Unidos se habla de la “Second Chance” o segunda oportunidad y se valora mucho las personas que han fracasado en un proyecto. Sin embargo, aquí eso está muy denostado, como consecuencia de nuestra propia cultura empresarial.

El concurso en sí no es una mala solución, lo malo es cuando todas las empresas están en con–curso. En una situación normal, si una empresa cae en concurso pero la actividad comercial gene–ra recursos, se puede adecuar la carga financiera a los resultados comerciales. Pero por lo general, el concurso está muy denigrado en nuestro país.

¿Cómo cree usted que se puede generar empleo?

No tenemos una barita mági–na, pero lo que sí es cierto es que una Seguridad Social que cueste el 30% del salario del trabajador es, de entrada, una barrera muy alta. El empresario pone en juego su dinero y su patrimonio y de alguna manera hay que apoyarlo.

Ahora se está generando mucho autoempleo y quizás llegue el momento en que esas perso–nas necesiten ampliar su actividad, contratando a nuevos trabajado–res. Por eso hay que apostar por emprendedores y autónomos.

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