Un tiempo en que lo importante ha dejado de ser noticia

Uno tiene la impresión de que lo “importante” ha perdido importancia. Si analizamos los informativos de las cadenas de televisión, nos damos cuenta de que, en líneas generales, se han convertido en productos de mero entretenimiento, donde cada vez tienen más peso las noticias obvias, las curiosas o insólitas, las frívolas, el deporte o el tiempo; y ello en detrimento de la política, la economía o la ciencia. 

Estaremos de acuerdo en que lo habitual o cotidiano debería no ser noticia. Sin embargo, es un signo de nuestro tiempo que lo irrefutable u obvio se convierte en objeto de referencia, relato o crónica. La receta, utilizar un suceso normal y aderezarlo con ciertas dosis de espectacularidad o dramatismo. 

Que en pleno invierno en León o Soria haga frío o mucho frío, no deja de ser un hecho normal, propio de la estación en la que nos encontramos. Sin embargo, las cadenas de televisión convierten este hecho en un acontecimiento, hasta el punto de abrir sus noticiarios con ello. Pero para hacer de ello una noticia de primer nivel o de actualidad se la debe presentar con tintes melodramáticos o, incluso, de fatalidad.  Y así,  se manda al pobre reportero de turno al pueblo más recóndito de León o Soria, abrigado hasta las trancas, a que escenifique que, efectivamente, hace mucho frío.  En algunas ocasiones hasta se hace una ronda por varias localidades de España, a cada cual más inhóspita, se da paso un minuto, comprobamos todos los televidentes que efectivamente hace frió y a otra cosa.

Las noticias deportivas se revisten de una seriedad y gravedad que causan sonrojo. En las secciones de deportes, ya no basta con que nos cuente “las novedades” un presentador, necesitamos dos. Las declaraciones de los entrenadores o futbolistas, de una  vacuidad y simpleza extrema, se convierten manifestaciones solemnes dotadas de gravedad. Se crean polémicas, absurdas y artificiales.

¿Alguien puede creer que los deportes, que generalmente se celebran en fin de semana, dan para tener programas diarios de treinta minutos en televisión,  mañana, a mediodía y por la noche, o de una hora y media, si es en la radio, si no es creando artificialmente noticias y alimentado polémicas?

Hay algunos informativos que incluso cuentan noticias de programas de telebasura de la propia cadena de televisión, en una estrategia comercial de retroalimentación.

He de decir con desazón que los únicos informativos “serios”, los de la TVE, el partido en el gobierno se ha encargado de  dilapidar su credibilidad. Vean si no la permanente queja de los propios periodistas del medio sobre la falta de pluralismo, la contratación de periodistas externos afines al partido, etc.

Mientras tanto, las noticias primordiales pasan a ocupar un lugar testimonial o cuando menos secundario. ¿Alguien se ha preguntado por qué?

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