Entrevista a Gregorio Núñez, presidente de la cooperativa de segundo Grado Tierras Altas

Tierras Altas es la primera cooperativa de segundo grado de aceites constituida en Granada. Entidad pionera por su labor de envasado y comercialización conjunta del aceite producido por 15 cooperativas almazaras granadinas, sus números hablan por sí solos: 23 millones de kilos producidos y más de 40 millones de facturación en el último ejercicio.

Gregorio Núñez nos habla en la siguiente entrevista sobre este conglomerado y la importancia del cooperativismo. Núñez es presidente de Tierras Altas y de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias, FAECA Granada.

¿Por qué el nombre de Tierras Altas para la gran cooperativa de aceite de Granada?

Tierras Altas es el nombre alegórico a la altitud de nuestras plantaciones, algunas de las cuales están situadas a más de 1.100 o 1.200 metros de altitud.

También es un nombre representativo a la importancia de tener en nuestra provincia el pico más alto de España, y de ahí la idea de hacer homenaje y mención a lo que es y lo que representa la tierra de Granada.

¿Cómo influye su bagaje en FAECA a la hora de fundar Tierras Altas?

Tierras Altas nace de una iniciativa de FAECA, aunque ya antes de ser presidente de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias estuve dando los primeros pasos para constituir en Granada un grupo de aceite, como el que ya existía en Málaga, Córdoba o Jaén. Porque lo lógico es que si somos la tercera potencia productora en Andalucía, contemos con un gran grupo comercializador.

¿Cuántas sociedades cooperativas se han unido para formar Tierras Altas?

Integramos a 15 cooperativas y unos 9.000 productores, que han visto la necesidad de agruparse para concentrar la oferta. Esta no es una cifra cerrada, puede aumentar, ya que tenemos las puertas abiertas a todo aquel que quiera incorporarse al proyecto y desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas cooperativas que estén interesadas. Estoy dispuesto a acudir a todas aquellas asambleas que sea necesario para explicar nuestro proyecto y la realidad del sector. Porque lo que no podemos es seguir hablando de «mi» aceite, sino que hay que hablar de aceites de Andalucía.

¿Con qué personal cuenta Tierras Altas?

Tenemos un gran equipo humano, de gente muy comprometida con el proyecto porque ha nacido con él. 

Procuramos crear un buen ambiente de trabajo, donde nos tratamos más como familia que como patronal-trabajador. Creemos que el centro de trabajo es la segunda casa de nuestros empleados y deben de quererlo igual que lo podemos querer los más interesados.

En estos momentos integran la cooperativa 16 fijos y seis eventuales.

El crecimiento de esta cooperativa ha sido exponencial desde su creación. ¿Dónde está el secreto?

El último ejercicio cerrado se facturaron más de 40 millones de euros y las previsiones para este año son de unos 60 millones de euros de cifra de negocio y 30 millones de kilos producidos. Esto nos sitúa a día de hoy como el tercer grupo andaluz, por detrás de Hojiblanca y Jaencoop.

Somos un grupo comercializador de aceite de oliva de Granada envasado, que no tenemos problema alguno para abastecer a aquel cliente que nos demande una cantidad por encima de nuestra producción.

Ofrecemos un camino andado, el cual no ha sido fácil.

¿Con cuántas variedades de aceituna trabajan?

Las variedades con las que trabajamos son, principalmente, picual, hojiblanca y alberquín, a partir de las cuales podemos elaborar infinidad de aceites, trabajando los diferentes matices que nos dan dichas variedades.

Hay a quien le gusta el aceite más amargo, a quien le gusta el aceite más suave y siempre nos queda la  posibilidad de «coupage» los aceites en diferentes porcentajes, siempre y cuando sean vírgenes o vírgenes extra.

Hoy se habla mucho de la cantidad, pero ¿y la calidad?

La filosofía de Tierras Altas es la apuesta absoluta por la calidad del producto. Si no podemos vender, no vendemos, pero lo que jamás haremos para abaratar costes es bajar la calidad del producto.

Todos los lotes envasados que salen de Tierras Altas llevan la catalogación de Virgen Extra por laboratorios acreditados por la Junta de Andalucía.

¿Con qué puntos de venta cuentan?

Tenemos tres clientes principales. Por un lado, nuestras 15 cooperativas que tienen sus puntos de venta a lo largo de la provincia. En segundo lugar tenemos a Covirán, que a día de hoy lleva vendidos más de un millón de litros, y en tercer lugar tenemos el resto de clientes como son tiendas a las que vendemos directamente, la Universidad de Granada, clientes en Galicia, Madrid, Ceuta, Baleares…

Y a nivel internacional tenemos contratos importantes con Rusia y China. 

¿Ha pensado en aprovechar la sinergia de Tierras Altas para dar cabida en la cooperativa a otros productos autóctonos granadinos?

Sería extraordinario que en Granada brotara la «gran empresa agroalimentaria» y además es un proyecto totalmente viable.

Somos grandes productores de frutas y hortalizas, tenemos en la provincia una gran cooperativa productora de lácteos, nuestros vinos… 

¿Qué mensaje le trasladaría a las cooperativas granadinas?

Mi mensaje para las cooperativas es que tienen que agruparse, donde sea, pero que se agrupen para que la oferta esté en pocas manos.

No sirve que una cooperativa esté sola, por grande que sea, porque es un modelo que ya no funciona.

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