¿Quiénes son los indignados y quiénes los indignantes?
Granada Económica • Revista de Prensa
Antonio ARREDONDO GARCÍA*
Está claro que algo está pasando en nuestro país, la gente salió indignada a la calle en un movimiento reivindicativo asambleario que consiguió un gran apoyo popular.
Las principales reivindicaciones de este movimiento eran la reforma de la legislación electoral, mayor control de la banca, nacionalización de los bancos que fueran reflotados, disminución del poder del FMI y del Banco Mundial, cierre inmediato de las centrales nucleares y poco más. Pero lo que consiguió el rápido apoyo popular no fueron las ideas que no son muy distintas de las que en cada comicio presentan formaciones como Izquierda Unida, por ejemplo. La gente se identificó con este movimiento porque eran un grupo de jóvenes ‘cabreados’ que decían cosas contra la clase política. La simpatía masiva que este movimiento despertó en toda la opinión pública y publicada española demostró que la población está sufriendo con la actual situación de crisis y lo que es peor, desesperada y desesperanzada de que el sistema de partidos políticos y sus miembros pueda resolver el problema. Esto lo ha confirmado la última encuesta del CIS, según la cual, los políticos se han convertido en el tercer problema de los españoles. Si los que tienen que resolver los problemas se convierten en problema es normal que la gente haya perdido la confianza y que esté indignada.
Pero esto ya ha terminado y la movilización romántica y juvenil ha desembocado en un grupo de ‘okupas’ del centro de las ciudades o en movilizaciones oportunistas de antisistema que perjudican a viandantes y comerciantes.
Los indignados están indignados contra la clase política; el Gobierno, los viandantes y los comerciantes están indignados contra los indignados. Ya no sabemos quién es indignado y quién, indignante.
Yo creo que a día de hoy la mayoría de los indignados que estaban en la calle se fueron a su casa mientras que en la calle, en el Gobierno y en la oposición se quedaron los indignantes. Todo ha vuelto a la normalidad, España sigue siendo el culo de Europa y sus políticos siguen siendo la almorrana que los españoles vuelven a sufrir en silencio.
Antonio Arredondo García Profesor E. S. Administración de Empresas