Entrevista a Dimas Rodríguez Rute, director de Caja Rural de Granada

En primera persona • Granada Económica

“Es el momento de apoyar a los clientes, de estar cerca de ellos” 

El director General de Caja Rural cree que el sector inmobiliario va a hacer mucho daño en España

Dimas Rodríguez Rute es director General de Caja Rural desde el 21 de septiembre de 2007. Antes de llegar al puesto de máxima responsabilidad de la entidad  tras el presidente, Rodríguez, natural de Moraleda de Zafayona, pasó por la práctica totalidad de las divisiones de la entidad, con lo cual es uno de los hombres, sino el que más, que mejor conoce la casa.

A sus 45 años, este granadino licenciado en Ciencias Económicas y Master en Administración de Empresas asegura disfrutar con su trabajo.  Repasamos con él la realidad de Caja Rural, en un momento en el que los bancos y cajas están en el ojo del huracán.

¿Cómo va Caja Rural?

La Caja nació en Granada y es ahí donde tenemos nuestro mercado más importante y aunque desde el año 1998 tenemos oficina en Madrid más que para un gran volumen de negocio para atender a clientes concretos, es a partir del año 2003 cuando empezamos una fase de expansión que comienza con la apertura de una oficina en Málaga. Hoy tenemos 31 oficinas en la provincia vecina, después de haber cerrado 4 oficinas por diversas razones. En Granada hemos cerado 2 porque las expectativas que teníamos en esas zonas no estaban cubiertas y para racionalizar nuestra red. Por contra, frente a esos pocos cierres, hemos abierto en Almería. En esa provincia tenemos 4 oficinas, 2 de las cuales las inauguramos el año pasado, concretamente en Almería capital y Roquetas, que se suman a las dos existentes, en Adra y en El Ejido, oficina esta última que está ya en beneficios gracias a que tenemos al frente de la misma a un magnífico director como es Carlos Lirola.   Tanto es así que en los dos viajes de incentivos que hemos hecho ha estado. En Almería tenemos muchas esperanzas, porque la red de oficinas de Málaga, aún estando abierta,  hay que esperar a que el futuro despeje incógnitas y que volvamos a una situación de normalidad, pero en Almería es distinto. En esa provincia el mundo agrícola es muy importante y hay una entidad que tiene mucha cuota de mercado como es Cajamar que es una caja rural, una cooperativa de crédito, pero que ya no forma parte de nuestro grupo, de la Asociación Española de Cajas Rurales, y fue cuando se salió de la asociación cuando nos dio pie para abrir en Málaga, tras la fusión de las cajas rurales de Málaga y Almería y la creación de Cajamar. A partir de ese momento no teníamos que mantener un respeto a la territorialidad y podíamos abrir tanto en Almería como en Málaga. Y aunque Almería no sólo es importante por su sector agrícola, que cada vez tiene menos peso en la economía tanto provincial, como regional y nacional, está estancada en ese 4 o 5 por ciento, nosotros creemos que ahí tenemos mucho que decir, porque nuestras raíces nacen en lo agrícola y porque somos una entidad muy conocedora del sector. Almería, a pesar de la crisis y los niveles de paro cercanos al 30%, igual que Granada prácticamente, es un territorio en el que queremos seguir creciendo hasta tener una red parecida a la de Málaga, porque creemos que hay oportunidades. Nuestro objetivo cuando empezamos en Almería hace dos años y medio era alcanzar una red de oficinas de unas 25 en cinco años. Ahora quizás tengamos que demorarlo un poco más, pero seguiremos abriendo, incluso este año podremos abrir alguna otra. 

¿Y en otras provincias, como Jaén?

En principio no, porque ahí está la Caja Rural de Jaén y mantenemos ese pacto de no agresión que no es obligatorio respetarlo, y podríamos nosotros ir allí y ellos venir aquí, pero creemos que no tiene sentido porque estamos creando un Sistema Institucional de Protección (SIP), formando parte de la Asociación Española de Cajas Rurales en la que compartimos informática, el Banco Cooperativo Español como nuestra cabecera de tesorería y para banca corporativa y tenemos nuestra compañía de seguros, es decir, que vendemos los mismos productos en definitiva  y queremos apostar porque en el futuro alcancemos mayores economías de escala compartiendo más productos, porque ahora mismo, por ejemplo, cada uno tiene sus productos hipotecarios. El Grupo tiene que aportar más sinergias. Así que a Jaén no iremos casi con toda seguridad. 

¿Participa Caja Rural en empresas agroalimentarias?

Desde hace más de veinte años la Caja tiene dos líneas  de actuación en lo que es el apoyo al sector agrícola, con cooperativas somos la entidad con más penetración, porque son parte de nuestras raíces, tanto que prácticamente todas las cooperativas agrícolas son socias de la entidad. Siempre ha habido una relación muy directa con ellas en todos los órdenes. Ahora mismo, por ejemplo, estamos cooperando para la comercialización de vinos. Así pues, hay un apoyo técnico: contabilidad, finanzas, apoyo legal para constitución, registros, temas de subvenciones, etc, etc; y un impulso en su constitución en algunos casos, aportando conocimiento y know how. Sin embargo, no hemos querido, porque creemos que las cooperativas tienen que tener su funcionamiento autónomo, ser socios de las cooperativas si es por eso por lo que me preguntaba. 

Sí hemos participado en iniciativas de integración, en un caso con Oligra, una unión de cooperativas en origen que luego pasó a manos privadas y que se constituyó para la comercialización del aceite de oliva; de Vega Rica, también estuvimos en este proyecto, un tema de tratamiento de congelación y venta de productos hortícolas a distintos mercados y compañías. La idea era unir a muchos agricultores de la zona para comercializar productos, un proyecto en el que hemos participado activamente. Nosotros no olvidamos que venimos del campo y que eso nos ha dado mucho, por lo que siempre estaremos ahí.  Aunque bueno, aquí se acuñó una frase muy interesante que era que “había que salir del campo para ayudar al campo”, porque tiene sus limitaciones. Es un sector en el que yo he visto muchas operaciones de activo, préstamos, y el mundo agrícola no es de grandes fortunas pero sí de mucha seguridad a pesar de las dificultades. Es un sector que paga muy bien; tú le das ayuda, le refinancias, etc, y al final siempre responde y tiene un índice de fallidos muy bajo. Eso lo ha demostrado durante los cuarenta años que lleva la Caja. 

¿Pero hay alguna finca experimental?

Efectivamente tenemos una finca, que es ‘La Nacla’, en Motril, donde hemos hecho multitud de experimentos tanto frutícolas como de invernaderos, cultivo bajo plástico en diferentes modalidades. En frutales, con los subtropicales (mango, chirimoyo, etc), hemos hecho infinidad de trabajos y todos muy interesantes, muchos de los cuales se han llevado a la práctica, desde poda, hasta variedades. De hecho, esta finca que está incorporada como  suelo urbano por la expansión natural de Motril, se ha trasladado a otra finca con el objeto de seguir con estas investigaciones. También hemos participado con Cajamar en algunos estudios conjuntos que ayudan a guiar a los afectados. Esa es una de las actividades más gratificantes. Recuerdo, por ejemplo, en temas de regadío para el olivo, que a pesar del costo que pudiera tener se rentabilizaba muy rápido, temas de tomate Cherry, etc. 

¿Tiene la Caja alguna pata en la industria a pesar de que Granada no es muy industrial?

Es verdad que Granada no es muy industrial, sin embargo tenemos muy buena relación con la principal industria láctea de nuestra provincia, que es Puleva.  Cuando hablo con otros directores como, por ejemplo, en Navarra, donde h
ay una buena Caja Rural, allí el tejido industrial que tiene nos supera ampliamente.  

¿Por dónde pasa el futuro de Caja Rural?

 Nosotros somos una entidad de futuro. Todos sabemos cómo está el sector financiero de revuelto, donde la pregunta diaria es con quién se va a casar cada uno. Nosotros tenemos un grupo en el que creemos mucho, un modelo cooperativo que es de éxito en muchos países como Alemania, en el que tiene una cuota del 20 por ciento, más o menos la cuota que tenemos en Granada. Tú te vas a Holanda y Rabobank es líder del mercado con casi un 30% del mercado, te vas a Francia y Crédit Mutuel y Crédit Agricole superan el cuarenta y muchos por ciento. Es decir, que el crédito cooperativo tiene mucha potencia. En Granada tenemos un 22,6% de cuota de depósitos al 31 de diciembre y creemos que es una cuota muy importante, sólo nos supera CajaGranada y porque nos lleva 75 años de ventaja. El crédito cooperativo tiene muchas ventajas, tenemos muchas sinergias que conseguir y otras ya conseguidas como el tema de la informática común; creo que avanzaremos en ese nivel de asociación, protegiéndonos  unos a otros, con servicios como el que pueda dar el banco más grande de España, ya que entre todos juntamos 66.000 millones de euros de recursos  y de negocio, así que estoy tranquilo porque el Grupo es fuerte y nuestros niveles de morosidad están muy por debajo de la media ya que tradicionalmente hemos sido más conservadores. En recursos propios y solvencia superamos ampliamente al resto de entidades.

Y en el ladrillo ¿tienen mucho?

Pues también tenemos clientes relacionados con el ladrillo, porque la economía manda. Trabajamos con lo que hay.  Ahora bien, en el tema inmobiliario tenemos mucha menos exposición que la que puedan tener otros, hemos arriesgado menos, hemos sido más conservadores y eso al final te da estabilidad. Y es que el sector inmobiliario va a hacer mucho daño en España, muchísimo, son más de 300.000 millones de exposición y va a provocar  la desaparición de muchas entidades integrándose en otras. 

Nosotros creemos que las 73 Cajas podemos sobrevivir perfectamente; hay mecanismos de apoyo suficientes, así que le auguro un futuro importante, difícil ahora, porque todos los sectores están sufriendo. Ahora hay que apoyar a los clientes, estar cerca de ellos porque lo último que quiere una entidad financiera es quedarse con ningún activo o ejecutar ninguna operación, lo que hay que buscar son alternativas, soluciones que permitan al cliente pagar. El problema de España es el alto apalancamiento y desapalancarse es un proceso lento porque no se pueden pagar las deudas de un día para otro, hay que ahorrar y ahora se está ahorrando a buen ritmo, en torno a un 24% de renta disponible dedicada al ahorro. 

¿A cuántas personas proporciona actualmente empleo Caja Rural?

En Caja Rural de Granada somos 871 personas y vamos a mantener el empleo seguro y estable. Y este año lo que habrá, en todo caso, es una reducción de cinco o seis personas que se jubilan. 

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