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CAJAGRANADA ESTUDIA INTEGRARSE EN UN GRAN GRUPO DE CAJAS

Jara pone como límites a la ‘fusión fría’ la lealtad a Granada y Andalucía

El presidente considera que también se deben respetar su naturaleza social y el derecho de los trabajadores

Redacción/ D.F.A.

Los límites, a priori, de una posible fusión de CajaGranada los puso el presidente en la Asamblea General del pasado día 14: su identidad histórica, su naturaleza social, la lealtad territorial andaluza y el respeto a los derechos de sus trabajadores. Antonio Jara decía que estos eran límites infranqueables.

Pocas semanas antes de estas palabras del actual presidente de la caja granadina, a finales de 2009, el por entonces secretario provincial del PSOE, Francisco Álvarez de la Chica y su homólogo del PP, Sebastián Pérez, preguntados sobre las posibilidades de una fusión lo dejaron meridianamente claro: «No. Lisa y llanamente no». Pero al final la realidad se impone y CajaGranada y otras cajas españolas tienen la necesidad de crecer si quieren sobrevivir, verdadero límite infranqueable de esta situación. La noticia saltó en Santander el pasado 17 de abril. El presidente de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio, adelantó los nombres de una serie de entidades financieras que estaban en conversaciones para caminar hacia una posible integración. Entre las nombradas estaba CajaGranada.

Nueva etapa

Es la testaruda realidad la que parece certificar la defunción de lo que en su día llamamos Pacto del Saray y no la voluntad política de sus integrantes, ni siquiera las permanentes divergencias. 

Desde que en 2001 se firmara el famoso pacto político por la independencia de la caja, no han faltado, de forma recurrente, rumores sobre posibles fusiones o acuerdos con otras cajas, especialmente andaluzas. 

Y a cada rumor o intento más o menos fundado de integración de la caja granadina en algún proyecto andaluz, le seguían la correspondiente convocatoria del pacto, los golpes de pecho en su defensa y, por último, la vuelta a la normalidad como si el dichoso rumor fuera una sierpe guadianera. Conste que aún no se han posicionado los órganos de gobierno de la entidad granadina (sin embargo, el presidente ha confirmado ya los contactos) y, a tenor de lo compleja, desde un punto de vista técnico y político, que puede resultar una fusión fría, es más que plausible que se hagan comunicados medidos y poco comprometidos mientras los expertos van dándole forma a la operación. En principio, parece que CajaGranada ha iniciado contactos para formar un gran grupo financiero junto a Caja Cantabria, Cajastur, Caja Murcia, Sa Nostra y Caja Extremadura, con un poder de 150.000 millones de euros. La operación se está diseñando, según nos explica Santiago Carbó, catedrático de la Universidad de Granada, como una fusión fría, es decir, una unión con la que se cree un órgano conjunto que sea el que marque las políticas de riesgos así como el reporting único al Banco de España, pero conservando la identidad y el vínculo territorial de todas y cada una de sus componentes.

Cautela

La mayoría de los líderes sociales se han mostrado muy cautelosos a la hora de valorar esta noticia, si bien todos son más proclives a ceder considerando que la situación económica y financiera parece abocar a los bancos y cajas hacia una inexorable concentración que les permita mejorar sus posiciones, acceder al crédito a mayoristas y aguantar lo que aún está por venir. Quizás las palabras de Jara a un medio de comunicación granadino nada más ser investido como presidente, cuando dijo que “CajaGranada tendrá que ser más grande, si no, estaremos muertos” hayan hecho entender a nuestros representantes que no estamos ante un simulacro. Así, aún con algunas dudas, como las más recientes de Sebastián Pérez, advirtiendo de que estará muy pendiente de la operación, la inmensa mayoría, entre los que se encuentran el ex presidente, Julio Rodríguez, han dado la bendición a los contactos con más o menos matices. 

El PSOE ha dicho que respaldará cualquier decisión que tome CajaGranada, como no puede ser de otra forma a poco que analicemos la composición de los principales órganos de la entidad; el PP, hecho el matiz anterior, desde el principio dejó bien claro que siempre y cuando se respete a los trabajadores, la lealtad territorial y la naturaleza social de la caja, podrán contar con ellos. Y en similares términos se han manifestado los líderes sindicales y empresariales, que cautelas aparte, apuestan por que CajaGranada gane y el vínculo territorial con todo lo que ello implica, se mantenga. 

Apoyo de la Junta

Por su parte, la Junta de Andalucía ha asegurado, a través de su presidente, que no obstruirá la alianza de CajaGranada. Griñán no ve negativas estas operaciones y no pondría “cautelas proteccionistas” al acuerdo. “Ya se lo dije a Antonio Jara, que la apuesta no es mala si de lo que se trata es de salvaguardar el modelo de las cajas de ahorro, un modelo eficiente y de responsabilidad social, y ese modelo no pude convivir con cajas de pequeñas dimensiones” ha asegurado el actual inquilino de San Telmo. 

En la misma línea se ha manifestado la nueva número uno del socialismo granadino, Teresa Jiménez, que se alegra de que la entidad resulte atractiva para proyectos de esta naturaleza y que sean otras las que reclamen su participación. “El PSOE -dijo, sin salirse del guión- respaldará cualquier decisión que redunde en el fortalecimiento de CajaGranada y el beneficio de la provincia. Sorprende lo franco que ha quedado el camino en esta ocasión y las enérgicas reacciones cuando el acuerdo, unión, fusión o cualquier otra fórmula de acercamiento era entre cajas andaluzas. A pesar de ello,  Griñán ha asegurado que “no será Andalucía la que ponga barreras nacionalistas que sofoquen la pervivencia de las cajas”.  

Fases

Según los expertos, el proceso de integración puede durar entre 4 y 6 años y el voto de cada entidad será, como era de esperar dado el modelo de fusión fría elegido en principio, en función del capital, pero hará falta un mínimo de cuatro entidades para adoptar cualquier decisión. El calendario para la integración está compuesto por cuatro fases: la primera consiste en la firma de un protocolo por todas las cajas; la segunda, consiste en la constitución de un grupo de trabajo que negociará la naturaleza jurídica de la sociedad central, su estructura oganizativa o los mecanismos de adopción de acuerdos; en tercer lugar, se estudiará la forma de optimizar las sucursales y los servicios centrales y se elaborará una plataforma tecnológica común, incluyendo plan laboral; y la última fase, la denominada en sí misma fusión fría, a través del Sistema Institucional de Protección (SIP) será una realidad en un plazo cercano al lustro. 

El proceso de integración tiene como finalidad dotar a las cajas de los mismos instrumentos financieros que tienes los bancos para captar capital. Los pasos dados por estas siete entidades demuestran que el proceso del sector bancario se va a acelerar de forma notable de aquí a final de año, porque es una prioridad que nuestro sistema crediticio vuelva a funcionar con normalidad y que la confianza en él repunte como primer paso para la consolidación de la incipiente recuperación económica, aún muy débil. De hecho, la reciente asamblea de la CECA adoptó tres acuerdos que son fundamentales para reforzar el sector de las cajas de cara a su futuro, sobre todo en el complicado momento en que se mueve, con algunas de estas operaciones en marcha. El primero de ellos, supone agilizar las diferentes fórmulas que puedan existir para reforzar los recursos propios de las cajas de ahorros preservando su n
aturaleza fundacional; el segundo se refiere al papel que va a seguir representando la CECA de armonización, apoyo y defensa de los intereses de las cajas y, el tercero, es promover e impulsar un pacto con todo el sector público que facilite un marco normativo en el que las cajas puedan mejorar, con garantías de futuro, su función financiera. 

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